1. Valorarte: Si tu te aprecias, te respetas y te valoras en esa misma medida lo harán los demás. El buen emprendedor conoce perfectamente cuáles son sus talentos, sus fortalezas sus áreas de oportunidad y debe de trabajar en ellas para que se sumen a su lista de fortalezas, saber escuchar, estar atento al entorno, debe de ser observador, detallista, evaluar lo que está sucediendo, aprender, vivir con intensidad y pasión en el presente, visualizar un futuro prometedor sin olvidarse de ser constante.
2. Identifica oportunidades de éxito: El emprended@r tiene la capacidad de alinear sus recursos y conocimientos con oportunidades de negocio atractivas, es capaz de ir más allá del problema, de hecho encuentra la solución y la vende, siempre habrá alguien que necesite lo que tú sabes hacer muy bien, lo primordial es que ubiques ese segmento de mercado y expongas bajo una marca personal de reconocida trayectoria.(Será tu imagen de marca)
4. Lo mueve la motivación y no solamente el dinero : El emprendedor verdadero es en cierta manera altruista, su más profundo deseo no es amasar grandes sumas de dinero, las consecuencias de sus acciones deben ser medibles en función de cuántas personas pudo ayudar, cuántas pudo satisfacer, en definitiva cuantos clientes satisfechos ha logrado, cuántas sonrisas devolvió, cuántas familias unió, cuanto bienestar generó. Debe ser una figura esperanzadora, un individuo de palabra, con compromiso, un auténtico líder.